¿Quién es Jesús?

Las preguntas que nos gustaría hacer acerca de Dios son interminables: «¿Es Dios real?» «¿Es verdad lo que sabemos de Él?» Y «¿qué tiene que ver Él con mi vida?» Solo para enumerar algunas.

La Biblia puede no responder a todas las preguntas acerca de Dios y, a menudo, nos llevará a preguntar más, pero una de las áreas en las que la Biblia es bastante definitiva es la respuesta a la pregunta: ¿quién es Jesús? CS Lewis, un conocido autor cristiano, escribió acerca de Jesús: «O este hombre era, y es, el Hijo de Dios, o bien un loco o algo peor». Puedes encerrarlo por tonto, puedes escupirlo y matarlo como un demonio o puedes caer a sus pies y llamarlo Señor y Dios, pero no vengamos con ninguna patraña condescendiente sobre que es un gran maestro humano . Él no nos dejó eso abierto. Él no tenía la intención de hacerlo «.

Jesús elogia la confesión del Apóstol Pedro como «el Mesías, el Hijo del Dios viviente» (Mateo 16:16), porque Jesús sabía que quien Él es, y podría ser para nosotros, tiene el poder de cambiar nuestras vidas. Jesús es tan único porque dos mundos chocan en él: el Cielo y la Tierra, lo Divino y lo Humano.

Sí, su nombre es el nombre que está por encima de todos los nombres, y su poder para hacer milagros, calmar las tormentas y trabajar milagros es insuperable. Sin embargo, Él también es el Jesús humano, el amigo personal que sabe lo que estamos pasando y se preocupa por nosotros. Es por eso que la Biblia también lo llama «Emanuel», Dios con nosotros.

¿ME AMA DIOS?


Dios nos dice en su palabra, “Con amor eterno te he amado”(Jeremías 31:3).

No importa cuán lejos hayas tratado de alejarte
de Dios, Él te ama y quiere perdonarte.  

CONOCE A JESÚS

Confiar en el sacrificio de Jesús es la única forma de encontrar el perdón de Dios y comenzar una relación con Él. Te animamos a dar este paso de fe hoy. Para hacerlo, simplemente habla con Dios y dile que crees en su Hijo Jesucristo, haz esta oración: 

“Querido Señor Jesús, sé que soy un pecador. Te pido perdón y me aparto de mi pecado. Creo que moriste por mis pecados y resucitaste para darme una nueva vida. Te entrego el control de mi vida. Te invito a entrar en mi corazón y en mi vida. Confío en ti como mi Señor y Salvador por el resto de mi vida en tu nombre, Amén». 

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