ENSEÑANDO A LOS HIJOS A TENER UNA RELACIÓN CON DIOS
1. PRINCIPIO BIBLICO
Dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis, Porque de ellos es el Reino de los cielos”. (Mateo 19:13)
2. PORQUE ES IMPORTANTE QUE LOS NIÑOS TENGAN UNA RELACION CON DIOS
En la actualidad vemos como los jóvenes están siendo blanco del enemigo, un constante ataque que muchas veces no termina bien, pues muchos caen en las drogas, la rebeldía y sucesos penosos que marcan sus vidas para siempre. Es por eso que resulta tan importante llevar a nuestros hijos a tener una verdadera relación con Dios, una amistad real y genuina que le de bases solidas para crecer con principios de amor, misericordia y verdad en el corazón, una labor que no será completa si los padres no se involucran presentando un modelo adecuado a los niños donde este implícita la oración, la búsqueda y la lectura de la palabra, pues no olvidemos que los niños que aprenden a orar desde pequeños pueden desarrollar una vida de oración poderosa y efectiva mejor que los niños a quien no se les enseña.
3. LA LABOR DE LOS PADRES
La mayoría de los padres se esfuerzan por ser buenos proveedores, como se nos enseña en (1 Timoteo 5.8). Pero Dios quiere que los padres provean mucho más que las necesidades básicas de una vida física. Desea que también seamos capaces de aportar el alimento espiritual que se requiere para llevar una vida correcta, que produzca como resultado la vida eterna.
Repasemos cuidadosamente las instrucciones de Dios que se encuentran en el capítulo 6 de Deuteronomio. Primero fijémonos en el versículo 5: “y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con toda tu fuerza”. Para poder enseñar eficazmente el Camino de Dios a nuestros hijos, debemos empezar por nosotros mismos y llegar a amar al Señor intensamente.
Continuamos el versículo 6 y 7: “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablaras de ellas estando en tu casa, y andando por el camino; y al acostarte, y cuando te levantes”. Este versículo nos enseña a seguir hablando sobre ellas incesantemente.
Si aprende a hacer esto con sus hijos se sentirá enormemente inspirado y recompensado al ver cómo sus hijos aprenden y crecen espiritualmente.
4. COMO ENSEÑARLES
Los niños son un regalo de Dios
Estamos conscientes del gran tesoro que son los hijos y del potencial que representan. Tenemos una oportunidad que no tiene precio al cultivar sed de Dios en nuestros hijos. El hogar es la influencia más poderosa para desarrollar el crecimiento positivo emocional y espiritual. Cuide sus tesoros que no tienen precio, sabiendo que en su inversión de tiempo y energía cosechará beneficios tremendos.
Primero, mírese a usted mismo
Mucho de lo que un niño aprende es asimilado más que aprendido. El reflejo de su fe en Dios es una imagen duradera que formará el concepto de Dios en su hijo. ¿Está su fe fundamentada sobre una lista de reglas y obligaciones? ¿Le falta a su vida espiritual la vitalidad y autenticidad? Lo que su hijo debe ver en usted es una dependencia profunda sobre Dios y sus expresiones consistentes del amor de Dios en sus relaciones con los demás y sus elecciones cotidianas.
La actitud es más importante que los hechos
Las historias bíblicas no son suficientes. Recordar un conocimiento objetivo de la Biblia no es un vaticinador correcto de la sensibilidad espiritual y de crecimiento. Las creencias profundas de los niños mayores reflejan actitudes y sentimientos establecidos durante los años preescolares. En realidad, las relaciones familiares de confianza y del sentido de pertenencia son el fundamento de la habilidad de un niño al depositar su completa confianza en Dios.
Use lenguaje sencillo
El mundo del niño es el aquí y el ahora, de lo que vea y conozca. La forma en la que comprende las cosas es literal y concreta. Las palabras y frases de la Biblia que son símbolos o metáforas tienen poco sentido para los niños. Por ejemplo, “en mi corazón he guardado tus dichos” puede tener sentido e importancia para los adultos pero no para los niños. Use palabras y frases sencillas y concretas cuando hable y cante de Dios para ayudar a los niños en su vida espiritual.
Conecte las palabras de la Biblia a las experiencias y acciones del niño
Reconozca y aproveche las oportunidades naturales para señalarle a su hijo de Dios. Las experiencias cotidianas traen oportunidades numerosas para transmitir la fe a un niño. Responder a las preguntas o ideas de un niño puede guiar la conversación hacia Dios. Palabras como “Me alegro que Dios trajo a Papi sin incidentes a casa” o “Pidamos a Dios para que nos ayude a encontrar la calle que buscamos” representan momentos cuando podemos enseñar y que puede tener una importancia espiritual para un niño. Conectar sus palabras a las acciones de un niño maximiza su impacto.
Haga que la Biblia sea parte de su vida familiar
La Biblia debe ser el centro de su hogar. Debe estar reconocida como la fuente de verdad. ¿Cuántas veces su hijo le ve leer la Palabra de Dios? ¿Promueve leer y ver los programas cristianos en su hogar? La Biblia en el idioma contemporáneo y material relacionado con la Biblia puede cultivar el crecimiento y desarrollo espiritual de un niño. Pruebe una noche en familia una vez por semana en su casa. Un juego de Biblia y leer juntos historias bíblicas son modos de enfocar sobre lo espiritual mientras se divierte en familia.
Necesitan de la iglesia como apoyo
Las relaciones son la clave del crecimiento espiritual. Usted y su hijo deben estar conectados con los demás adentro de la familia de su iglesia que pueden proveer el apoyo y aliento necesario para cultivar el crecimiento espiritual. La escuela dominical puede ser un medio poderoso de llevar a su hijo con compañeros de su misma edad para estudiar y aprender acerca de Dios a su nivel. ¡No deje de asistir a su iglesia! En un mundo ajetreado y agitado, su familia no puede vivir sin esta vital institución. Haga que la asistencia a la iglesia sea una rutina para usted y sus hijos.
5. BENEFICIOS DE QUE LOS NIÑOS TENGAN UNA RELACION CON DIOS
b) Les permite crecer en la fe y enfrentar los temores y desafíos.
c) Aprenden a agradecer a Dios por sus bondades.
d) Les permite confesar sus pecados y pedir perdón.
e) Aprenden a interceder por otros.
f) Los niños aprenden a expresar con libertad sus sentimientos hacia Dios.
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